martes, agosto 03, 2010

Le da por llorar al niño

A veces le da por llorar al niño. En ese momento me entra una angustia y me imagino todo lo que puede adolecer. Los primeros días que me pasaba lo mismo salía corriendo a la farmacia a preguntar qué le podía dar al pequeñito, y siempre me salían con lo mismo: que fuera al doctor, que en la clínica popular cobran menos, que si no se había golpeado, que esto y lo otro; me decían una bola de cosas que nada ayudaban a quitarle el llanto a mi chiquito. Claro, ellos pueden decir misa, como no están igual que uno, y más que ya me falta bien poquito para dar a luz.

Pero les digo, eso fue al principio, porque desde que llegó mi marido, el papá del bebé que voy a tener, no el del otro chamaco, todo ha cambiado. Incluso me ayudó a que no chillara tanto el chiquillo. Primero se enojaba mucho conmigo cuando eso pasaba, hasta me daba cachetadas. Pero no se crean que es malo; eran sin querer. El me quiere bastante aunque a veces se desespere. Yo lo entiendo, la cría es bien latosa con sus rabietas y ni quién lo pare de berrear. Además, yo me merecía esos golpes porque no hacía callar al engendro, como él le dice de cariño.

Un día, sin querer, encontramos el remedio para que no llorara la criatura. Como mi viejo fuma yerba porque es reumático y así se le quitan los dolores, no vayan a pensar que es un vicioso ni mucho menos; eso se lo recomendó un amigo de mi esposo que es médico, enfermero, brujo o algo así. Les digo, como él la fuma y me invita cuando no puedo dormir, porque también sirve para el insomnio; un día que el niño estaba hecho un mar de lágrimas le llegó el humito y al poco rato estaba bien dormido, hasta parecía un angelito.

Después de esa ocasión, cada que fuma su cachito de yerba, mi marido le sopla un poquito al bebé, lo ahuma, y al rato parece un pan de Dios mi nene. Incluso hoy en la mañana, cuando el pequeñito estaba a moco tendido, le hizo lo mismo, y para que le hiciera efecto más rapido, después de soltarle la bocanada de humo, le puso encima de la carita una caja para que no se escapara nada. Así que no me digan ahora que sí se escapó algo y que fue su vida, porque como le da por llorar al niño, para mí que encontró la manera de molestar y se murió de tanto llanto.

jueves, julio 08, 2010

Regresar al DF


Qué ganas tengo de regresar al DF y vivirlo como antes, ser las entrañas, la piel y el pendiente con el que muestra el rostro.


jueves, abril 08, 2010

Me comí las uñas para verte llorar...

Me comí las uñas para verte llorar

Para verte sufrir pinté mi cabello

Alisé las arrugas de los ojos

De modo que perdieras mi mirada

Caminé de otra forma - Una forma

Desconocida a mis pies y tus huellas

Para verte sangrar de angustia

Me mordí los labios hasta hincharlos

Hablé mal de mí para ser otra gente

Una persona ajena al propio reflejo

Y la misma que encuentra su propia sombra

martes, marzo 23, 2010

Engañoso clima el del sábado 20/Mar/10 en Monterrey, N.L. Sol y viento gélido. Las albercas de Plaza Sésamo tendrán que esperar...

Foto con Erika.

domingo, febrero 14, 2010

Díria Madre...

Diría Madre
Arena o Ráfaga
Quizás diría
Ve-le-ro
Y soltaría amarras al poema

Tal vez encallaría
En un prístino sueño
Colmado por la infancia

O en amores perdidos
Entre lechos de sal y lluvia
Arrobado en deseos me ahogaría

Pero en esta hoja
No hay agua suficiente
Para saciar la sed

Que provoca el naufragio

lunes, enero 25, 2010

Me abres

Me abres
Como una ventana
Una manzana
Como una laptop

jueves, noviembre 12, 2009

Barquito de papel

Al último doblez
De la hoja
El pensamiento
Se distiende
Y brota la sonrisa
Del niño que será
Marinero por un instante
De un barquito de papel

lunes, octubre 12, 2009

He visto cómo el hombre...

He visto cómo el hombre
Desciende desde el agua
De su propia mirada
Y ahoga las palabras
En cantos de sirenas

viernes, julio 31, 2009

La rosa herida 1

I


Gustaba levantarle la falda escolar
Descubrir la blancura de sus muslos
Y barnizar el aire con su olor a marea

A oleadas que avivaban
Risas y ensueños
Del medio de sus piernas

Gustaba
/ Sobre todo
Verla llorar

Sentir
Que en cada lágrima
Se me entregaba
Calladamente

Eran los tiempos
En que cupido disparaba
Dardos envenenados

El otro lucero

Aquí
/ Adentro
Del polvo
/ De las olas

En donde gorgorita
Un pedazo de infierno

Mendigo soy de la caricia
Del peso inquebrantable
Del ensueño

Se disuelve en mi boca
Un mar entero

Y las aguas formulan
El veneno que siega
Mi náufrago deseo

De volar sin apoyo de unas alas

De ser más que una brisa
Una estela
/ Una piedra

Ser el otro lucero

viernes, febrero 20, 2009

Desperté creyendo ser dios...

...tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos

Enrique Lihn



Desperté creyendo ser dios:
Imaginé los albores de los mundos
Los seres míticos y su perfecta armonía
A imagen y semejanza de los sueños
Inventé la insurrección de las aguas
La diseminación de las lenguas
Y la forma de las nubes en el iris del viento
Abrí los labios para nombrar mi universo
Y la gente me empezó a decir p(r)o(f)e t a

jueves, febrero 12, 2009

Cielo ficticio

Celebra el corazón,
en la oficina,
su diaria primavera.

Margarito Cuéllar

En el quicio de las horas
Lánguidas y dolientes
Como un cernidillo a plena luz
Que harapa la piel de una bocanada
Un solo de fax desata su lamento
Sobre la esquizofrenia de taconazos de secretarias

Oigo cantar la copiadora
En medio de los brazos de un cubículo
Y al cielo ficticio del ordenador
Arrojo e-mails como botellas al mar
Hasta que las fauces de un checador automático
Dictan libertad condicional a mi tiempo

viernes, noviembre 21, 2008

Las 12:00 en Malinalco



Braulio Peralta
El Universal
Columna "Posdata"
Lunes 10 de abril de 2000



Una anécdota


Cuando escribía estas líneas, el poeta y paisano Luis Enrique del Ángel llegó a discutir un libro que traía entre las manos: Las 12:00 en Malinalco, de Víctor Manuel Mendiola.
El mediodía es el centro de las horas; la paralización y la resurrección me dijo.
Y agregó: En la primera estrofa del poema, cuando las chicharras que soplan en los plátanos “van inflando con su ruido el agujero”, hay una premonición de lo que vendrá. Horadar el tiempo es lo que centra a Las 12:00 en Malinalco; lo que provoca un espacio para que el sentimiento y el recuerdo construyan un nicho en el día.
Ante las aseveraciones, callo. Luis Enrique del Ángel es autor de En cada esquina se adivina el mar (1997). Los poetas siempre son un pulso de intuición, pienso. Y aunque Víctor Manuel Mendiola es tan, pero tan cerebral, cuando se trata de poesía se entrega a las palabras más que al pensamiento. Pero, claro, eso no quiere decir que Mendiola no escriba con métrica.
No, el narrador de Las 12:00 en Malinalco se ubica en el tiempo presente, mientras los recuerdos están en pretérito. Con un preciso manejo de la métrica (endecasílabos), nos lleva al ritmo que despiertan las imágenes y en las cuales oscilan cuatro voces en tiempos diferentes.
Endecasílabos donde hay que tomar en cuenta las sinalefas. Pero, ¿cómo cuatro voces, Luis Enrique? Yo distingo sólo tres.
El narrador, los recuerdos, el niño, y su amiga (el tiempo presente dentro del pasado).
No estoy seguro de la aseveración, aunque recuerdo que el poema dice, predice: “No hace falta estar/ emocionado para adivinar/ que en los otros el tiempo nos persigue”. Coincidimos el poeta y yo en que asomarse al interior de sí mismo es el objetivo de Las 12:00 en Malinalco. Remata Luis Enrique del Ángel: Quien conoce y sabe manejar el tiempo y la memoria, también sabe que “un segundo del deseo es una eternidad”. Lo que reivindica lo que tanto tú como yo mencionamos al principio: las 12:00 parten el día en mañana y noche; representa el final de uno y el nacimiento de otro. Lo mismo lo emplea en el amor, que nace en el pasado y resurge en el presente. A estas alturas, opté por callarme. Finalmente, si decía más, era una traición a un poema de apenas 50 páginas, publicado por el Fondo de Cultura Económica.


jueves, junio 05, 2008

Trípode

Las piernas del oráculo
Universo expectante
Delfos resuena

jueves, abril 10, 2008

Ojos que miran...

Ojos que miran de frente
Se tientan / Chocan / Se besan
Y en un suspiro se encienden

El ojo lleno de sangre
Bizco entre tanta tiniebla
Estalla en esa vorágine

El otro solo naufraga
En su propia charca negra

Y en un latido de látex
La blanca lava se pierde

Al pie de la fogata

Al pie de la fogata
Las horas ceniza

Y la palabra amor
Como un cocuyo de fuego

Como brizna floreciendo
Abajo de la lengua

Como esto y aquello
Y lo que está detrás del sueño

Como si nada

Como todo / Nunca
Y la posibilidad cintilando
En los ojos / Las manos / En las piernas

Como si otra vez y jamás
Tiritando en el pecho

Como sí / Ya
Comienza de nuevo

Con la boca seca
De tantos besos

lunes, enero 21, 2008

Perdido

Me perdí para buscarme

Ahora no me encuentro
Y no sé cómo regresar

domingo, noviembre 18, 2007

La caries de los ojos

La caries de los ojos
Lágrimas de ocasión
Dispuestas en el bolso

El tatoo del recuerdo
Un mapa de la vida
La guía de los días

No me digas que tú
No extrañas ese vene-
No No digas que no

Dicen que caminar
Por la mente no es sano

Dicen que no es humano
Ser un ser natural

Las palabras no miden
La intensidad del tiempo

Sólo es ese momento
Quien te dirá que vuelvas
Una y otra vez más
A nadar sueño atrás

viernes, julio 27, 2007

Potter vs. Téllez Pon

Cuando tuve la oportunidad de entrar a Plaza y Janés y después a Random House Mondadori, recuerdo que el nombre de J.K. Rowling ya llevaba sonando unos miles de ejemplares a cuestas. Estoy hablando de que en 1999, Harry Potter ya era sinónimo de venta segura en cuestiones editoriales; cualquier editor se hubiera sentido (se sentiría) afortunado de tener entre las manos un best-seller como éste.

Desde hace un par de años (2 ó 3 con mayor frecuencia) se viene hablando de la escases de lectura que prevalece entre la comunidad mexicana; de que la venta de libros ha disminuido; que el interés por las letras es menor (háblese de libros y revistas); que las letras están es peligro de extinción debido a la falta de uso generalizado.

Cualquier editor sabe (y el escritor debería saber) que la literatura ocasionalmente es redituable, salvo que la publicación sea comercial, espirituales o de espectáculos.

Si bien el gusto por las letras no ha iniciado generalmente por leer a Heidegger o a Octavio Paz, como opina mi amigo Sergio Téllez-Pon, creo que sí debemos mucho la inciación a la literatura por este tipo de libros que no creo que tienen el carácter de premio novel, pero sí son el motor para alentar a nuevos lectores a iniciarse en este dédado de las letras. Muchos de ellos, tal vez después de J.K. Rowling, se animen a leer a Lowry, Orwell o al mismo Téllez-Pon para, de ese modo, incrementar su acervo cultural o simplemente divagar en otra realidad literaria.

La escama

Como una mano que aparta el sudor de la frente al mediodía,
. el viento quita la brisa del roquedo
Y en el espacio límpido, sin rasguño de gota, la escama
. agoniza como un corazón de sol sobre la piedra
Ella sabe que el mar es su aliciente, el latido de amor
. que la mueve como una hoja fluvial

domingo, julio 01, 2007

Golpe de sangre

Nadie dirá palabras

A través de sus ojos
El mundo será otro

Sus manos
Tendrán memoria
De olas pasadas

Y el mar de sus recuerdos
Tatuado entre la carne

Sólo sabrá
Por un golpe de sangre

Que ese muerto es su hijo

domingo, junio 24, 2007

La gata ladra...

La gata ladra

(Góndola de patas largas
Navega en las aguas
Como un hada)

Izada como un mástil
La cola de la gata
Flirtea entre las piernas

De noche sale a la caza

(La casa es un nido de ratas
Sin la mirada húmeda de la gata)

De noche todas las gatas son pardas

El pelo de la gata
Se atora en la garganta

Crispa todo el lomo
Sacude el cuerpo / Carraspea
Y cuando escupe el pelambre de fuego

La perra gata ladra

sábado, abril 14, 2007

La fresa

1

Ella labiaba como una poeta
Hablaba, sí, de cosas
(Sin sentido)
Que en su boca eran hermosas

Era sonriente y pasional
Aunque nunca percibí entre los dientes
La visita de un cepillo dental

Le gustaba bailar a la princesa
En las discos de moda
Entre las fiestas
Con ambos pies izquierdos
Mostraban ligereza

Siempre fue a la vanguardia en ese arte
De vestirse a la moda, parecía
Maniquí de escaparate


2

Un empresario gordo, acaudalado
La desposó en secreto en un chalet privado

Le dio lo mejor que pudo ofrecer
Aprendió música y un poco de francés

Una institutriz le dio clases de baile
Le enseñó a leer hasta en método braille

Se codeó con la realeza
Olvidando que en sus venas
Corrían siglos de pobreza


3

Esa vida de reina no pudo soportar
Su pasión desenfrenada la hizo desvariar

Se metió marihuana, coca y anfetaminas
Su cuerpo se fue transformando
Sólo sentía deseos usando la yumbina

Atrás quedó su vida ideal
Ahora vive conmigo
Sin riquezas
Bajo un puente peatonal

La alimento con mentiras
Le digo que yo soy su esposo
Y que la droga que inhala
Es una nueva medicina

La Nada de Nadie

La Nada es un espacio inhabitado
Esperando ser ocupado por Alguien
Es por eso que Nada es Alguien
Que pronto tendrá su sitio en Algo

Un día las manos de Alguien
Los besos las caricias de Nada
Te llevaron a un triste Algo
Y terminaste siendo la Nada de Nadie

Por eso tú me gustabas más
Cuando eras simplemente Nada
Porque eras para mí ese todo

Que Nadie podía tener

sábado, marzo 17, 2007

De 9 a 4 cicatrices del corazón

No te abrumo más,
esto es sólo para decirte
que las cosas marchan,
que vamos con cicatrices
pero a salvo […]

M. Cuéllar
(81) 83294111 (de 9 a 4)
(E-mail enviado a un servidor)


En este instante
A orillas de la vida
Mis ojos resumen el mar
Como una enorme gota
Que bebo a parpadeos

En mi boca hay un aguaje
Escanciado por un beso

Tengo las manos llenas
Ocupadas por la poesía

Cuando aún hay ruinas del sueño entre la almohada
Juego con las sombras y edifico mi babel

Acomodo trocitos del tiempo en mis zapatos
Para bailar con pausas un tango en altamar

De 9 a 4 hojeo cicatrices del corazón
Como una vieja historia
Donde dioses y demonios
Amparan y litigan en nombre del amor

sábado, marzo 10, 2007

Por detrás de la lluvia

Por detrás de la lluvia
Escribiré tu nombre
Como en un pergamino

Como en hoja traslúcida
Que nada esconde
Cuando hay amor

Te beberé en las gotas
Para saciar la sed

Me lavaré los ojos
Con las letras del agua

Cuando por fin escampe
De ti hablarán las flores
Con su aroma de mar

martes, febrero 27, 2007

El mago y el amor

Al principio apareció una flor
Tras la oreja de su amante

Luego estrellas en los labios a cada beso
Y un corazón de fuego entre los senos

Cuando metió los dedos en la vagina
Un conejo se asomó

sábado, febrero 03, 2007

Y la muerte no llega

Una jaula vacía

Un pozo sin galápago

Esqueletos de un catre
Dispersos en el patio
Exhumando el aroma
De un amor que está muerto

El jardín descuidado
Donde el tiempo se enreda

Ventanas clausuradas

La puerta sin cerrojo
De quien no teme nada

La anciana abandonada
Inunda la antesala
Con su seca mirada

Entrecierra los ojos
Duerme y sueña que sueña

Lo practica de nuevo
En su diaria rutina
Y la muerte no llega

sábado, diciembre 09, 2006

Un despuntar de espumas en los labios...

Un despuntar de espumas en los labios
La gema de las aguas en los senos
Y la sed cual molusco entre las manos

El cuesco de la brisa entre los dedos
Un racimo de gotas desleídas
Y un cocuyo de mar como el deseo

La carne de la lluvia estaba ardiendo
La admiraba en su canto un denso oleaje
Y esperaba en la riada un tierno beso

Un despuntar de brisa estaba ardiendo
La gema de la gota un denso oleaje
Y la sed de la mar un tierno beso

El cuesco de la lluvia entre los labios
Un racimo de canto entre los senos
Y un cocuyo en la riada de las manos

La carne de la espuma entre los dedos
La admiraban las aguas desleídas
Y esperaba un molusco cual deseo

Un despuntar de lluvia entre los dedos
Las gemas en su canto desleídas
Y la sed en la riada cual deseo

El cuesco de la espuma estaba ardiendo
Un racimo de aguas en oleaje
Y un cocuyo un molusco un tierno beso

La carne de la brisa entre los labios
La admiraba la gota entre los senos
Y esperaba a la mar entre las manos

Un despuntar de gotas tierno beso
La gema de la mar estaba ardiendo
Y la sed de la brisa un denso oleaje

El cuesco de su canto entre las manos
Un racimo de riada entre los labios
Y un cocuyo de lluvia entre los senos

La carne de las aguas cual deseo
La admiraba un molusco entre los dedos
Y esperaba entre espumas desleídas

Un despuntar…
La gema…
Y la sed…

El cuesco…
Un racimo…
Y un cocuyo…

La carne…
La admiraba…
Y esperaba…

El último trozo del corazón

El último trozo del corazón de la abuela se ha vendido. Cuando llegó a Tuxpan, ella dejó su pueblo, su familia y la herencia que su padre le dio, por querer estar con quien fue su marido. Tal vez nunca supo que a partir de ese momento su vida sería un constante entregar y vender. Irse en sí misma con lo que daba; una absoluta pérdida. Vendió el ganado que le regaló su padre y construyó una casa en un amplio terreno que abarcaba la mitad de lo que hoy es una larga cuadra. Cimentó con lo dado lo que sería su futuro.

Si la posesión más preciada de los seres es lo que construyen sus propias manos y perdura en el tiempo, y que algunas veces se logran hacer obras que el mismo tiempo valora y respeta y con ello adquieren el grado de obras de arte, y que ello demuestra las vetas que componen su ser; entonces lo que es sentimental, lo que no busca tener una forma determinada, un relieve específico, y que de igual forma tienen un núcleo imantado que nos obliga a apreciarlo como algo inherente de nuestra esencia, se le puede llamar origen. Mi abuela, al dejar su pueblo buscó echar raíz en ese lugar donde perdió todo para construir algo. Inició el origen de lo que sería su familia.

En específico, no fue la casa el hogar de sus hijos y sus nietos, sino el terreno donde se ubicaba. Con el paso del tiempo a ese lugar homérico, apoteósico en la infancia, le fueron creciendo cercas y muros, y a sus sesenta y tantos años mi abuela se separó de quien fue su marido desde que tenía catorce años, por lo que tuvo que compartir su terreno y quedarse apenas en un espacio de alrededor de trescientos metros cuadrados, divididos entre el patio y la casa. La casa que habita mi abuela no es grande. La hacía grande el corazón de la gente y lo que ella misma había puesto en ella.

Cuando sus hijos se fueron yendo para edificar su destino, y a medida que el lugar que eligió para vivir su vida se fue reduciendo, el corazón de la abuela se fue desmoronando. A veces la gente no entiende que toda destrucción debe tener el fin de un proceso de reconstrucción. Pues aquello que sólo es derribado porque sí, demuestra una decadencia mental, dado que no hay objetivo ni creatividad. Esos seres o personas son una inutilidad. Éstos no tienen ni raíz ni origen ni destino, y en nada ayudan a que otros cumplan su proceso de crear sus obras, que muchas veces puede ser su propia vida.

A uno de sus hijos le dio la casa, donde ahora vive sola. El suelo, que es la raíz de los hombres, es lo que mi abuela tenía. Aquello que fue el patio era el corazón de mi abuela, pues su raíz la echó en ese terreno. Tal vez con premura o por querer mantener su corazón latiendo, cedió a otro de sus hijos el terreno que tenía como patio. A sus ochenta y tantos años mi abuela mira cómo su hijo ha vendido la tierra que fue el origen de la familia. La abuela aún pedía que le dejaran un breve pasillo. Un pasillo que no la conducía a ningún lugar, pero que entiendo sería la vena que le mantendría latiendo el último trozo de su corazón, es decir de lo que construyó con sus propias manos.

El ataque

No había escapatoria. Adondequiera que uno huyera encontraba la muerte. Aun en mi loca carrera pude ver cómo iban cayendo amigos, familiares, conocidos y hasta una ex novia con quien tuve una tormentosa relación; pero no podía detenerme a auxiliarlos y mucho menos a contemplar la dantesca escena. Era mi vida o la de ellos; era nuestra vida, la de todos o la de nadie.

El rayo de muerte era implacable. Por un momento corrí sin rumbo fijo. Sólo quería estar a salvo, que la lanza mortal no me alcanzara.

Sin saber cómo, me encontré con la base de donde provenía toda nuestra desgracia. Escalé la columna sin pensarlo. Desde el lugar en que me encontraba, vi cómo era dirigida la mortífera arma con la que estaban acabando a mi raza. En ese momento la furia me encegueció, y sin dudarlo, presa por la impotencia de no poder hacer algo más por los míos, le asesté al enemigo una sañuda mordida que por un instante contuvo el ataque.

Después de mi hazaña, otros se animaron e hicieron lo mismo hasta que el arma de nuestro atacante se desplomó desde su altura.

La lupa rebotó contra el suelo, y aunque aplastó a varios más, fue el último de los daños. Entre llantos, el cobarde niño salió corriendo desesperadamente, gritando que lo habían atacado las hormigas.

El amor en cada trago

Con frecuencia visitaba la zona roja
La mezcla de perfume y alcohol en las mujeres me causa un enamoramiento instantáneo

Me metía a los bares a gastar el escaso dinero que traía
Un trago en cada exhalo de amor

Dormí con varias de esas criaturas
Que soñaban siempre con una noche más
No por dinero
Sino porque nunca hablé del mañana
Y lo incierto suele ser un caramelo en la boca

Ahora bebo en casa
Solo
Y el amor en cada trago
Es como agua de mar
:

Una sed mortal

Confesión

Confieso que he vivido
Sin escribir
Y me siento vacío

lunes, julio 10, 2006

Ese muerto

Si te digo que vivo. ¿Me crees?

O harás como si el viento
silbara una canción en ruinas

Como si un pétalo de agua rodara por tu frente
y marcara el derrotero de mi nave perdida

Como si la vista encontrara
el límite de las aguas
y fueras a la busca
de ese muerto que soy

martes, abril 18, 2006

Contraproducente

Suelo salir a caminar como un hábito mental más que físico, para no pensar en lo pensado durante el día y dejar la mente como una hoja en blanco. Rodeo el parque cinco o seis veces mientras respiro profundo el aroma de la nada, que poco a poco va llenando mi mente hasta ocupar el espacio donde debería estar lo que iba a escribir cuando llegase de hacer ejercicio.

martes, abril 11, 2006

Pacto

Cuando llegué a Ciudad 2 de Octubre era un neófito en cuanto a flora, fauna, clima, superficie, terreno, usos y costumbres del lugar; suponía que por ser territorio nacional las tradiciones eran las mismas que en cualquier otro sitio del país, pero suponía mal. La frontera es otro país: un híbrido compuesto por raíces e influencias de sus habitantes, vecinos y migrantes.

Ignoraba, por ejemplo, que el zorrillo es un animal muy común por estos lares. Nunca en mi vida había visto uno salvo por televisión. Aquí andan en su estado natural, salvajes.

Por un extraño olor supe de su presencia, un olor penetrante que aprendí a identificar primero por un comentario y después a fuer de repulsión.

A la semana de haber llegado a Ciudad 2 de Octubre tuve mi primer encuentro con un zorrillo. Era muy temprano, aún de madrugada. Atravesó la calle unas 2 ó 3 veces antes que yo llegara a donde él estaba. En los días siguientes su presencia se hizo menos tímida que al principio, hasta que llegó un momento que se detuvo a un lado de la acera y no se movió, lo que obligó a que yo siguiera mi camino por el otro extremo de la calle.

En las semanas que siguieron el zorrillo ya no sólo custodiaba mi tránsito sino que se volvió hostil. Si yo tomaba rumbo por un lado de la calle, él la invadía; si yo retomaba el otro lado, de nuevo el zorrillo regresaba a invadir el espacio. Éramos 2 enemigos de bandos contarios.

Las medidas precautorias que tomé de no agarrarlo a patas hasta matarlo como buen predador natural que somos los humanos fueron bien fundadas. La flatulencia que despide no es causa de terror. En varias ocasiones he visto a estos animales atropellados y, aparte del hedor que despiden, he notado que tienen unos finos colmillos de entre 3 a 5 centímetros que pueden provocar más que un dolor, además de ser transmisor de la rabia.

Mis encuentros y desencuentros terminaron cuando el transporte que me lleva al trabajo cambió su ruta. Fue entonces que la calle entera fue para el zorrillo.

Hoy tuve otro romántico encuentro con uno más. Mientras esperaba la llegada de mi transporte, se acercó a escasos 2 metros de distancia, me miró por un instante y siguió su camino, como si hiciera un pacto de no agresión en esta nueva calle donde ambos nos conocemos por primera vez.

lunes, abril 10, 2006

Tsunami

Para marcar la pauta a mi lectura doblé la esquina de la página. En ese momento la historia de Robinson Crusoe cambió para siempre cuando en su isla sobrevino el tsunami.

Espejo

Me levanté con tanto temor de ser el mismo que me asomé al espejo. En esa imagen nada había cambiado, sólo el deseo de ser distinto.

viernes, abril 07, 2006

Advertencia:

El presente texto contiene agua. No lo agite, incline o voltee, puede que usted se moje. Al leerlo no lo mueva, de lo contrario su sentido se distorsionará. La exposición prolongada puede causar un gusto irrenunciable por la lluvia, las gotas, la brisa y el mar, y en general por la lectura. Consulte a su diccionario si persisten las molestias.

Poema

Primero
Fue una gota
En medio de la nada
De repente le crecieron alas
Después la invadió una idea
Entonces la lluvia cayó sobre la hoja
Y germinó el poema

viernes, marzo 31, 2006

Ciudad 2 de Octubre

Vivo en una pequeña ciudad fronteriza del estado de Tamaulipas, sería pueblo si no tuviera título de urbe, un título que en lo personal es paradójico por el nombre que lleva: Gustavo Díaz Ordaz, o como le dice el guru Monsiváis: "Ciudad 2 de Octubre". Cuando anduvo por estos rumbos el personaje por el que lleva el nombre la ciudad, su sexto sentido (no, su 68 sentido) de seguro le dijo: no pises ese lugar, concédeles el olvido de los estudiantes muertos; y así, ni olvidados ni vueltos a ver jamás, estudiantes y pueblo. Pasó de largo el ex presidente dejando un halo de desprecio del cual era muy dueño y natural en su persona.

Cuando mi tío Roque fue a estudiar a la ciudad de México, nadie imaginó que no solo él sino toda la familia estaríamos expuestos a las represiones policíacas, generadas a partir de la Matanza de Tlatelolco y su activa militancia en la Liga Comunista 23 de Septiembre, por lo que fue encarcelado en 1973 y finalmente desaparecido en 1981.


Pareciera un cuento kafkiano, Gorkiano o Garciamarquesco, o una mezcla de todos, el vivir con el estigma del 68 (sin siquiera haber nacido en esa época), vivir con las secuelas de la Guerra Sucia, vivir la desaparición de no solo el tío Roque, sino otros familiares; vivir arrastrando las libertades asesinas de Echeverría, Nazar Haro y por supuesto Díaz Ordaz, y habitar una pequeña ciudad que lleva su nombre, como diciendo: "2 de Octubre no se olvida". Ni el 68 ni el 71 ni el 73 ni el 81 ni el 94 ni Aguas Blancas... No se olvidan fechas históricas, lugares imborrables y a veces oscuros, negros, como el nombre de esta ciudad que ahora habito y me habita.

jueves, marzo 30, 2006

Eutanasia

Para Will Rodríguez
Otra versión de "Asesinato de una cebolla"


Seguro fue compasión lo que sintió aquel hombre. Aunque no dudó en utilizar el cuchillo para acabar con ellos, sigo creyendo que se compadeció de verlos tan solos, imposibles al amor y expuestos a que el tiempo terminara con ellos.

La roja sangre de uno y trozos de blanca piel de la otra quedan como evidencia del descuartizamiento.

Con mano firme partió el tomate, pero cuando acabó con la cebolla una lágrima brotó sin consuelo. Seguro fue compasión lo que sintió aquel hombre.

miércoles, marzo 29, 2006

Compu-Minuteman

Si escribo mis lectores
Con letras so burlonas
Seguro es la culpable
Mi compu anglosajona

La obtuve de descuento
En un viaje a McAllen
Tres verdes me ha costado
Sin cargo de los taxes

No hay duda es del primer
Mundo cosmopolita
Lo mas in en vanguardia
De punta en tecnologia

Seguro lo notaste
Que tiene ese detalle:
No acepta nuestro idioma
Batalla pa' entenderme

Tambien es evidente
Y muy fuerte por cierto:
Carece de la tilde
Que acompana al acento

Sospecho que mi compu
Incluso empieza a odiarme
Mi origen de latino
Al escribir me sale

Asi que me disculpo
Por mi compu racista
Que cambia los sentidos
Que sin pensar trasmita

Lo dijo en su defensa
El gran Chavo del Ocho
Si acaso yo lo ofendo
"Fue sin querer queriendo"

Espectros

5:10. Suena el despertador. Me levanto mecánicamente, con desgana. Aún está oscuro para ver más allá de unos metros de distancia. Cuando hay claridad, mi ventana me ofrece la vista de "El Dorado", de la "Tierra Prometida", de "El Sueño Americano", detrás del río Bravo. Pero en la madrugada la ventana sólo es un rectángulo sin paisaje, aunque de vez en cuando se ve una luz que guía a un desfile de aspirantes a mojados, que si sobreviven al látigo de las corrientes, al veneno sanguíneo de los Minutemans y a la mordida del desierto, vivirán como muertos en el otro lado. De cualquier manera mi ventana ya me ofrece su visión de espectros.

lunes, marzo 27, 2006

Le da por llorar al niño

A veces le da por llorar al niño. En ese momento me entra una angustia y me imagino todo lo que puede adolecer. Los primeros días que me pasaba lo mismo salía corriendo a la farmacia a preguntar qué le podía dar al pequeñito, y siempre me salían con lo mismo: que fuera al doctor, que en la clínica popular cobraban muy poco, que si no se había golpeado, que esto y lo otro; me decían una bola de cosas que en nada me ayudaban a quitarle el llanto a mi chiquito. Claro, ellos pueden decir misa, como no están en estado igual que uno, y más que ya me falta bien poquito para dar a luz.

Pero les digo, eso fue al principio, porque desde que llegó mi marido, el papá del bebé que voy a tener, no el del otro chamaco, todo ha cambiado. Incluso me ayudó a que ya no chille tanto el chiquillo. Primero se enojaba mucho conmigo cuando eso pasaba; hasta me daba mis cachetadas. Pero eran sin querer. Él me quiere mucho aunque se desespere. Yo lo entiendo, la cría es bien latosa cuando hace sus rabietas y no para de berrear. Además, yo me merecía esos golpes porque no hacía callar al engendro, como él le dice de cariño.

Un día, sin querer, encontramos el remedio para que no llorara la criatura. Como mi viejo fuma yerba porque está enfermo de reuma y así se le quitan sus dolores, no vayan a pensar que es un vicioso ni mucho menos; eso se lo recomendó un amigo de mi esposo que es doctor, brujo, o algo así. Les digo, como él la fuma y yo lo acompaño sólo cuando no puedo dormir, porque también sirve para el insomnio, un día que el niño estaba hecho un mar de lágrimas le llegó el humito, al poco rato estaba bien dormido, hasta parecía un ángel el pobrecito.

Después de esa ocasión, cada que fuma la dosis que le recetaron a mi marido, le sopla un poquito al bebé, lo humea, y al rato parece un pan de Dios mi nene. Incluso en la mañana, cuando el pequeñito estaba a moco tendido, le hizo lo mismo, y para que le hiciera efecto más rápido, después de soltarle la bocanada de humo, le puso encima de la cara una cajita para que no se escapara nada. Así que no me digan ahora que sí se escapó algo y que fue su vida, porque como le da por llorar al niño, para mí que encontró la manera de molestar y se murió de tanto llanto.

viernes, marzo 24, 2006

Esa otra sangre

A Braulio Peralta
Cuando se toparon de frente, sobre la estrecha calle de tepetate, el aire se ensanchó.

Las miradas afiladas cortaban a cada parpadeo.

La Vieja y el Negro apartaron a sus respectivas comparsas. Unos venían del norte; los otros del sur. A ambos les relucía por igual el traje que portaban.

En la tradición de exponer la traición de Malintzin: hombres presididos por una “Vieja” y otros dirigidos por un “Negro” (dos maneras de interpretar lo mismo), todas las calles habían sido recorridas con bailes a cambio de monedas. Sólo faltaba ésta.

Sin embargo, los espejos de la Vieja querían opacar el machete del Negro. Ya no se trataba de bailar. Lo de ellos era imponerse el uno sobre el otro para embolsarse el dinero. Tal vez para ganarse el respeto.

De sus enaguas, la Vieja desenfundó el cuchillo. El Negro miró su negro machete sin filo. La Vieja gritó del mismo modo que durante el baile, como invocando a la muerte. El Negro giró igual que lo hacía con sus compañeros, sin los versos de por medio. Ambos realizaron movimientos similares: semicírculos, desplazamientos, esguinces y un tirarse a morir sobre su oponente.

Cuando el cuchillo de la Vieja cortó la garganta de su adversario, el Negro tocó tierra tras atravesar el cuerpo del rival.

Encima de la Vieja, el Negro. La sangre era la misma en ambas armas. Una gota posada en los labios le dijo a la Vieja es tuya esa otra sangre. El Negro se miró en el rostro ajeno. Los dos se reconocieron en los ojos de la muerte.

La Vieja se quitó el disfraz. El Negro apartó la máscara de su cara.

Era tarde para decir cualquier cosa. Padre e hijo perecieron.


Ninguna Malinche bailó por algunos años.

La flor de Gabo

A mi hermana

Ese día iba llegar Fidel. Ya estaba confirmado. La presencia de Gabo fue una sorpresa. Pero no fue sino hasta que ya estaba hablando Gutiérrez Barrios que nos dimos cuenta que ahí estaba el escritor. Pero vayamos por pasos.

Todo fue una coincidencia. Nosotros teníamos planeado asaltar el banco. Ya estaba platicado ese asunto. Lo siguiente era planearlo al detalle. Quedamos de vernos en el parque, donde nos enteramos de la noticia que el día estipulado para el atraco sería el mismo que la inauguración del Museo-Casa de Fidel Castro, como lo anunciaron al principio; claro, después le buscaron un nombre más decoroso y diplomático y le endilgaron el de Museo de la Amistad México-Cuba.

Nos pusimos a pensar en el gentío que se dejaría venir por la presencia de Fidel, el gobernador del estado, la burocracia local y la prensa de todo el mundo. Habría mucha vigilancia por todos lados. Sin embargo, dejamos que las cosas siguieran según los planes, sin la certeza de realizarlas. Era como bromear acerca de lo que se nos vino abajo. A partir de ese momento la desconfianza del valor de unos sobre otros permeó el ambiente. Estábamos a la espera de ver al cobarde que dijera siempre no, yo no le entro, yo me rajo.
En cambio, contábamos con colocarnos al lado del estrado donde estaría Fidel. Incluso inventamos unas consignas de hermandad hacia Cuba. Nos sentíamos méxico-cubanos por el solo hecho de que el Granma partió de aguas mexicanas hacia su revolución.

Frente a nosotros, el entarimado; a los lados, el gentío; y por detrás, un mar de guaruras abriendo camino para que pasara Fidel y el resto de los oradores hasta el podium que estaba a orillas del río. Gutiérrez Barrios fue interrumpido varias veces por los vivas hacia Cuba. Pero fue silenciado en definitiva cuando descubrimos a Gabo escondido tras la mesa de honor, volcándose las admiraciones hacia él. Todos queríamos un autógrafo del escritor; unos lo obtuvieron en las banderitas de México que salieron a relucir, incluso en las que imprimieron con los colores de Puerto Rico en lugar de Cuba.

Para impresionar al escritor dejé el evento y quise ir a casa a traer un libro de su autoría. La ciudad era un desierto. La oportunidad estaba a la mano. La gente estaba concentrada en lo que fue la casa de Fidel. Ya no llegué a mi destino. Es por eso que cuando salí del banco, después de extraer el dinero y volver al acto público, le extendí un billete para que lo firmara el colombiano. Lo desdobló sobre la mesa. Miró la nominación del billete y sacó otro de su bolso donde dibujó una flor.

Con las investigaciones del robo tuve que enterrar el dinero y por temor ya no lo quise sacar para gastarlo. Así que nos les miento cuando les digo que los billetes germinaron, dando flores sólo cuando cumple años Gabriel García Márquez.

Gotas en el espejo

A media habitación
La mesa llena de silencio

Frente a ella el espejo
Amando su impostura

Alguien ha puesto un vaso
En un brote imperfecto de madera

Se abisma vidrio y líquido
Conteniendo el asombro

Una estrella en el suelo
Y miles de centellas

Astillas en la mesa
Gotas en el espejo

El amor se deforma
Según es el reflejo

Precieran palabras...

Parecieran palabras estas gotas
Borroneadas
Imprecisas
Dispuestas al azar
Que caen desesperadas
Queriendo empapar la hoja
Para decir que va llover
Al final del poema